A menudo nos encontramos con la necesidad de iniciar nuevos proyectos o enfrentar ciertos gastos, lo que nos lleva a incurrir en deudas para luego saldarlas. Es crucial gestionar de manera eficiente nuestras obligaciones financieras. Si eres un individuo o una empresa con deudas, es fundamental que conozcas todos los aspectos relacionados con este tema.
Seguidamente, abordaremos el tiempo que debe transcurrir para que distintos tipos de deudas se consideren prescritas, incluyendo deudas sometidas a procedimientos judiciales, deudas entre particulares y deudas financieras. También trataremos las consecuencias de no pagar una deuda y las acciones a tomar antes de que una deuda prescriba.
¿Cuánto tiempo debe transcurrir para que una deuda expire según su categoría?
El periodo para que una deuda se considere prescrita varía entre 3 y 15 años, dependiendo del tipo de deuda en cuestión. A continuación se detallan las diversas categorías de deudas y sus respectivos plazos de prescripción:
- Deudas vinculadas a hipotecas: Expiran 20 años después de su fecha de vencimiento.
- Obligaciones tributarias con Hacienda: Prescriben a los cuatro años.
- Contribuciones a la Seguridad Social: Expiran a los cuatro años.
- Saldos pendientes de tarjetas de crédito: Prescriben a los cinco años.
- Deudas relacionadas con alquileres de propiedades: Expiran a los cinco años.
- Deudas derivadas de impuestos municipales: Expiran a los cuatro años.
- Multas:
- Prescripción de la falta que originó la multa: Las sanciones menores expiran en tres meses, y las demás en seis.
- Caducidad de la sanción: Las penalizaciones económicas expiran a los cuatro años, mientras que las demás lo hacen en un año.
¿En qué momento se considera prescrita una deuda sometida a un proceso judicial?
Una deuda que ha sido llevada ante la justicia conserva su plazo original de prescripción. Por esta razón, es crucial que tanto empresas como individuos actúen con rapidez si planean recurrir al sistema judicial para recuperar un adeudo.
Si la deuda llegase a prescribir, el deudor estaría exento de la obligación de reembolsar la cantidad adeudada, incluso si el asunto está en trámite judicial.
Si la deuda judicializada recibe una sentencia que implica nuevos pagos o condiciones, estos tendrán una nueva fecha de prescripción establecida por el juez.
Existe también la posibilidad de que se reconozca una deuda entre particulares. Esto se denomina un acto unilateral de reconocimiento de deuda, que puede formalizarse mediante un documento privado o, si se realiza ante notario, un documento público.
La unilateralidad implica que el deudor puede reconocer la deuda sin necesidad de que el acreedor participe en el acto de reconocimiento. Por lo tanto, no es necesario que se trate de un contrato bilateral.
Este acto unilateral indica que el deudor admite su incapacidad para saldar la deuda y, de este modo, se establece un segundo contrato con nuevas condiciones para el deudor. El acreedor ya no necesita demostrar la existencia ni la validez del contrato inicial si desea hacer efectivo este reconocimiento de deuda; simplemente deberá presentarlo ante el juez.
El documento debe incluir la identificación del acreedor y la cantidad adeudada.
Plazo de prescripción de deudas entre empresas
El término de prescripción de deudas entre empresas se refiere al periodo durante el cual una empresa puede exigir judicialmente el pago de una deuda a otra. Si la deuda no se reclama dentro de ese lapso, se asume que ha prescrito y ya no es reclamable ante la justicia.
En el contexto español, el plazo de prescripción para deudas entre empresas es de 5 años, según el artículo 1964 del Código Civil. Esto quiere decir que una empresa cuenta con 5 años para llevar a juicio una deuda pendiente con otra antes de que dicho adeudo prescriba.
Plazos de prescripción de deudas entre particulares
De acuerdo con la legislación, una deuda derivada de un contrato entre personas físicas prescribirá a los 5 años, a menos que se haya establecido un plazo especial. Hay algunas excepciones dentro de este marco:
- Cinco años para la reclamación de rentas de viviendas
- Cinco años para exigir pagos de pensiones alimenticias
- Tres años para la prescripción de acciones legales destinadas a reclamar honorarios de profesionales como médicos, notarios, abogados, etc.
Plazo de prescripción de deudas financieras
Las deudas financieras generalmente prescriben a los 5 años, salvo que se acuerde un plazo específico para el cobro entre las partes involucradas. Este periodo abarca tanto el capital como los intereses. Si la deuda se originó antes del 6 de junio de 2015, el plazo de prescripción será de 15 años, aunque en cualquier caso, el límite será de cinco años a partir de la entrada en vigor de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, que se cumplió el 6 de octubre de 2020.
Consecuencias de no pagar una deuda
Si una deuda prescribiera, el acreedor podría optar por vías extrajudiciales o judiciales para su cobro. En la primera opción, con o sin la intervención de un abogado, se buscará llegar a un acuerdo amigable con el deudor para extender el periodo de pago o disminuir la cantidad adeudada. Si no se llega a ningún acuerdo por vías extrajudiciales, se podría recurrir a la vía judicial, en la que se enfrentaría un proceso legal en función del tipo de deuda.
En el caso de que la deuda no se reclame antes de su prescripción, ya no habría que cubrirla. Sin embargo, si las deudas son con entidades públicas, la situación cambia considerablemente, y es poco probable que haya margen para la negociación.
Acciones a tomar antes de que una deuda prescriba
Si te encuentras en una situación de endeudamiento, lo más recomendable es tratar de saldar la deuda lo antes posible. Si no dispones de la capacidad económica para hacerlo, sería aconsejable negociar con el acreedor una extensión del plazo o algún otro tipo de arreglo que facilite el pago.
Otra alternativa podría ser buscar opciones de financiamiento que permitan hacer frente a la deuda de inmediato. Hay modalidades de financiación que ofrecen fondos en corto plazo y con intereses bajos, lo cual permitiría liquidar una deuda y luego centrarse en pagar la nueva financiación de manera más cómoda.
Estas son algunas de las estrategias que podrían considerarse antes de que una deuda llegue a su fecha de prescripción. La elección de una u otra dependerá de las circunstancias específicas de cada caso.